Fitoterapia
La fitoterapia china es un tipo de tratamiento dentro del la Medicina Tradicional China basado en el uso de hierbas y plantas medicinales que se emplean tanto para prevenir y mantener un estado óptimo de salud, como para restaurar el equilibrio del organismo.
El término “fitoterapia” se acuñó por primera vez a principios del siglo XX de la mano del científico francés Henri Leclerc (1839-1912), no obstante, se tiene suficiente constancia de su uso desde la prehistoria como remedios o soluciones naturales a problemas de salud.
La diferencia entre la fitoterapia china y la occidental sólo radica en el tipo de clasificación que se hace. Mientras que la clasificación occidental indica los síntomas para los que sirve, la fitoterapia china aporta mayor información en relación a los conocimientos de Medicina Tradicional China (MTC), de esta forma, al usarlas, no sólo atendemos a los síntomas, sino también a la causa. Así pues, una materia, acorde a la descripción china, nos indica qué naturaleza tiene, es decir, el efecto térmico que produce en nuestro cuerpo, a qué órganos y zonas del cuerpo beneficia y las propiedades, en términos de MTC, que tiene: Tonificante de Yin, de Yang, de Qi, desbloqueante de Qi, etc.
Cuando en MTC se hace una composición de hierbas o plantas para tratar un determinada patología, recibe el nombre de Fórmula China. En España, éstas proceden de distribuidores totalmente homologados y con certificación de calidad, cuyas plantas y fórmulas suelen proceder de Hong Hong.
Formatos
Las fórmulas chinas se presentan en distintos formatos: cápsulas, comprimidos (redondos), tabletas (ovalados), perlitas, polvo concentrado y en hierba molida fina.
Este último es el más efectivo de todos, pero, quizás, el más complejo de llevar a cabo debido al ritmo de vida que llevamos. Su preparación es mediante un cocimiento de las hierbas en litro y medio de agua, que debe beberse en su totalidad y hacerse a diario.
Un sistema intermedio, en cuanto a comodidad y efectividad, es el polvo concentrado, que se prepara agregando dos cucharaditas de fórmula con la cantidad de agua caliente o tibia que se desee.
De los distintos formatos, el más económico es el polvo concentrado y el más caro las cápsulas.